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Early Childhood Research & Practice is in the process of moving to the early childhood special education program at Loyola University Chicago after 17 years at the University of Illinois at Urbana-Champaign. We are delighted by the opportunity to “pass the torch” to our Loyola early childhood colleagues. More details are forthcoming, but until then we are not accepting submissions to the journal.

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Vol. 12 No. 1
©Derechos de autor reservados 2010

Introducción a la sección especial sobre el trabajo con bebés y niños menores de 3 años de edad

Lilian G. Katz y Jean A. Mendoza

Las cuestiones de la calidad de programas son de importancia trascendental con respecto al cuidado de cualquier niño en un programa fuera de su hogar. Pero ningún grupo etario es más vulnerable y tiene una mayor necesidad del cuidado de buena calidad, que los bebés y niños de 1 y 2 años. Esta sección especial sobre los niños más pequeños no iba destinada a tratar principalmente cuestiones de calidad. Sin embargo, las editoras han hallado que cada artículo incluido expresa algo importante, directa o indirectamente, sobre la calidad del cuidado en programas que sirven a niños menores de 3 años.

Entre las perspectivas hacia la calidad de un programa que sirve a niños pequeños es la perspectiva “desde abajo hacia arriba”; esto es, el punto de vista de los niños que asisten al programa (Katz, 1993). “¿Cómo se siente ser niño en este ambiente?” es la pregunta central que puede preguntarse un observador ajeno que desea formarse un cuadro de los efectos a largo plazo “significativos y duraderos” que cierto programa en particular puede tener en los niños que asisten al mismo (Katz, 1993). Mientras que es poco probable que niños pequeños se planteen tales preguntas por su cuenta, un observador adulto puede aprender mucho haciendo inferencias sobre las respuestas posibles de un niño a preguntas como las siguientes:

Varias monografías de esta sección especial de ECRP les ofrecen a los lectores un vistazo sobre las respuestas que bebés o niños de corta edad en ciertos programas de cuidado fuera del hogar podrían dar a estas preguntas. Las grabaciones en vídeo de George Forman de bebés que exploran objetos y relaciones ofrecen una perspectiva sobre lo que puede pasar cuando los adultos arreglan ambientes y actividades que estimulan el pensamiento, tienen significado y son satisfactorios para niños que todavía no pueden caminar ni hablar. En descarnado contraste se halla la clase descrita por Mary McMullen, cuya propia experiencia como observadora tal vez refleje fielmente la angustia de los niños cuya clase manifestaba cierto enfoque teórico; estos bebés parecían experimentar un ambiente confuso en el que todas las actividades eran estrictamente controladas por los adultos, quienes prestaban muy poca atención para ver si dichas actividades les interesaran o tuvieran significado a los bebés y manifestaban muy poco respeto por la personalidad de los mismos. Phyllis Gloeckler y Judith Niemeyer señalan un contraste notable entre las prácticas y actitudes de las cuidadoras en dos clases para niños de 1 y 2 años. En una clase es fácil imaginarse que los niños se sienten aceptados, comprendidos, protegidos y respetados; mientras que en la otra la cuidadora regaña y desatiende a los niños y parece tener muy poco interés en ayudarlos a sentir que integran una comunidad en su clase.

El ensayo de opinión de Victoria Puig, apoyado por su propia investigación y una reseña extensa de la literatura, puede verse como una forma de introducir en el ámbito de la intervención temprana la conversación sobre cómo se siente ser niño en cierto programa en particular, ya que se invita al lector a considerar la influencia fuerte que la cultura del hogar y la lengua materna pueden tener en la calidad de esfuerzos de intervención temprana para niños menores de 3 años. Finalmente, en relación con el proyecto descrito por Ruth Brewer, proveedora experimentada de cuidado infantil en su hogar, se invita a los lectores a considerar cómo se siente ser niño en un programa donde el mundo mayor fuera del salón de clases es un sitio importante de experiencias interesantes, satisfactorias y significativas. En ese programa las familias traen a sus hijos al programa de buena gana en un fin de semana para presenciar un evento especial aparentemente de poca importancia pero muy esperado: el empollar de polluelos en una incubadora.

Esperamos que esta sección especial de ECRP informe el trabajo de los lectores mismos y su pensamiento sobre los más pequeños de los seres humanos.

Referencia

Katz, Lilian G. (1993). Five perspectives on quality in early childhood programs. Bajado el 6 de marzo de 2010 de http://ecap.crc.illinois.edu/eecearchive/books/fivepers.html