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Vol. 11 No. 2
©Derechos de autor reservados 2009

La coordinación entre miembros del cuerpo. Faceta importante de la habilidad de motricidad gruesa

Tatiana Bobbio
Universidad Estatal de Campinas (Brasil)

Carl Gabbard y Priscila Caçola
Universidad A&M de Texas

Sinopsis

El desarrollo de la motricidad es un hito profundamente significativo de la primera infancia. Aunque los educadores de niños pequeños suelen saber de la categoría de la motricidad gruesa, la sub-categoría de la coordinación entre miembros necesita recibir una mayor atención de la que recibe típicamente entre los maestros de niños pequeños. La coordinación entre miembros tiene que ver principalmente con movimientos muy rítmicos que requieren el uso secuencial y simultáneo de ambos lados del cuerpo. En el presente artículo se presenta un repaso breve de la literatura sobre la coordinación entre miembros y se describe el desarrollo de la misma en niños pequeños. También se presentan elementos ejemplares de análisis potenciales y actividades que los educadores de niños pequeños pueden usar para ayudar a identificar a niños que tienen problemas de coordinación y diseñar un programa de movimiento para todos los niños que trate el desarrollo de la coordinación entre miembros.

Introducción

Los investigadores y educadores de niños pequeños están muy conscientes de la importancia de fomentar la motricidad en niños pequeños. En realidad, la primera infancia se considera generalmente un período que incluye hitos muy significativos en el desarrollo de la motricidad. Elementos del “comportamiento motor que se desarrollan y emergen durante este período constituyen una proporción considerable del fundamento de motricidad sobre el que se forman programas motores más complejos” (Gabbard, 2008, pág. 280). Varios estudios sugieren también que el comportamiento motor durante la primera infancia toma un papel importante en actividades sociales, emocionales y, más tarde, académicas (Wijnroks y van Veldhoven, 2003; Burns, O’Callaghan, McDonell y Rogers, 2004; Murray, Veijola, Moilanen, Miettunen, Glahn, Cannon, Jones e Isohani, 2006; Piek, Dawson, Smith y Gasson, 2008).

Además de ayudar las revisiones profesionales del bienestar físico general, la evaluación es importante para la detección oportuna del riesgo elevado de trastornos del desarrollo en niños. La detección oportuna permite que los profesionales ofrezcan servicios de intervención para niños cuando éstos son muy pequeños y manifiestan mucha plasticidad del sistema nervioso. El comportamiento motor durante la primera infancia toma un papel importante en variadas actividades de la vida. Por ejemplo, el nivel de habilidad de motricidad fina y visual está asociado a las habilidades de la vida diaria (Jasmin, Couture, McKinley, Reid, Fombonne y Gisel, 2009), la competencia del movimiento (Astill, 2007; Wilson y McKenzie, 1998) y la habilidad cognitiva (Bumin y Kavak, 2008; Goyen y Lui, 2002; Piek et al., 2008; Wuang, Wang, Huang y Su, 2008). Además, la investigación reciente indica también correlaciones entre la motricidad gruesa y el rendimiento académico escolar (Astill, 2007; Gibbs, Appleton y Appleton, 2007; Piek et al., 2008). Diamond (2000) sugiere que tanto el rendimiento motor como el cognitivo comparten una estructura común del cerebro. Piek et al. (2008) notaron que los niños que manifiestan una mayor habilidad de motricidad gruesa pueden ser capaces de procesar mejor y más rápidamente la información, lo cual aumenta el rendimiento cognitivo. En fin, hay varios indicios que las experiencias del movimiento durante la primera infancia son agentes esenciales para el desarrollo de niños, lo cual incluye su desarrollo cognitivo (Campos, Anderson, Barbu-Roth, Hubbard, Hertenstein y Witherington, 2000).

Entre las clasificaciones generales de la motricidad que típicamente se describen (motricidad fina, visual y gruesa), una faceta de la función motora que ha recibido en años recientes más atención de los investigadores es la coordinación entre miembros. Hay indicios que esta faceta del comportamiento motor diferencia el rendimiento académico en ciertas poblaciones de niños pequeños (Bobbio, Gabbard, Gonçalves, Barros Filho y Morcillo, en prensa). Nuestra intención en el presente artículo es (1) describir la coordinación entre miembros y el desarrollo de la misma, (2) presentar ejemplos de análisis y actividades y (3) hacer recomendaciones para educadores de niños pequeños.

Tipos de coordinación entre miembros

La coordinación entre miembros incluye principalmente los movimientos muy rítmicos que requieren el uso secuencial y simultáneo de ambos lados del cuerpo. Más precisamente, implica el cronometraje de ciclos motores de los miembros, unos en relación con otros (Swinnen y Carson, 2002). Tales acciones se dividen comúnmente en dos categorías: la coordinación bimanual y la coordinación de manos y pies.

Coordinación bimanual

Este movimiento consta de la coordinación hábil de los dos brazos en una acción bimanual. Los movimientos bimanuales requieren la coordinación en un solo miembro así como la integración y secuenciación de acciones de dos o más miembros (por ej., la coordinación entre miembros). La coordinación bimanual representa un sistema complejo y auto-organizador que se halla sujeto a limitaciones tanto internas (bio-psicológicas) como contextuales (de la tarea inmediata). Se ha sugerido que el desarrollo de la transferencia inter-hemisférica (Cardoso de Oliveira, 2002; Fagard, Hardy-Léger, Kervella y Marks, 2001) y el cuerpo calloso tienen una función importante en este proceso (Kennerley, Diedrichsen, Hazeltine, Semjen y Ivry, 2002; Muetzel, Collins, Mueller, Schiessel, Lim y Luciana, 2008). El cuerpo calloso es una estructura cerebral ubicada en la cisura longitudinal que conecta los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. La función principal de dicho cuerpo es facilitar la comunicación entre los dos hemisferios; proceso esencial para la coordinación entre miembros. Brakke, Fragaszy, Simpson, Hoy y Cummins-Sebree (2007), quienes estudiaron a bebés, notaron que la coordinación bimanual tiene una importancia clara para el funcionamiento adaptivo humano, aunque tenemos una comprensión incompleta del desarrollo de la misma durante la infancia.

Aunque se pueden observar en el repertorio de movimientos de un individuo varios tipos de acciones bimanuales, la mayoría de las tareas investigadas se han enfocado en los patrones de coordinación que aparecen en movimientos cíclicos: por ejemplo, dar golpecitos continuamente con el dedo índice de cada mano, dar golpes con el dedo de una mano a la vez que se traza un círculo con la otra, o dibujar círculos con ambas manos. Los estudios sobre tales tareas indican que existe evidencia para el control entre las dos manos a aproximadamente los 4 años de edad. Por lo general, varios cambios significativos del desarrollo ocurren entre las edades de 4 y 10 años (por ej., Fagard et al., 2001; Otte y van Mier, 2006; Pellegrini, Andrade y Teixeira, 2004; Robertson, Bacher y Huntington, 2001). Según Brakke y sus colegas (2007), los niños manifiestan más variación que los adultos en el cronometraje de muchos movimientos bimanuales. Por ejemplo, los tiempos de reacción entre una secuencia o ciclo de acción y el otro tal vez no sean estables. En aquel estudio se pidió que niños trazaran dos círculos a la vez usando ambas manos. Los niños no lo hicieron tan rápida ni establemente como los adultos que realizaron la misma tarea; en otras palabras, una mano infantil se adelantaba a la otra durante la tarea. Los niños también tienden a moverse a un ritmo más lento al realizar acciones iterativas, como dar golpes con el dedo o dibujar círculos, en comparación con los adultos (Fagard et al., 2001).

Coordinación de manos y pies

Esta clase de coordinación entre miembros implica la coordinación doble y simultánea de las extremidades superiores e inferiores. Tales acciones se realizan usando las extremidades superiores e inferiores ipsilaterales (al mismo lado del cuerpo) o con movimientos contralaterales que requieren la coordinación de extremidades de ambos lados del cuerpo. Por lo general, la coordinación rítmica de extremidades no homólogas (por ej., la mano y el pie) es aún más difícil de lograr que los movimientos bimanuales a causa de diferencias mecánicas entre las extremidades.

Tareas típicas de coordinación de manos y pies incluyen batir las palmas a la vez de caminar, y dar golpes con las manos y los pies al compás de un ritmo seleccionado. La evaluación en muchos casos implica observar la capacidad del niño de sincronizar las extremidades con un compás rítmico. Mackenzie, Getchell, Deutsch, Wilms-Floet, Clark y Whitall (2008) notan que en el caso de niños que experimentan dificultades, como aquellos que sufren del Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (Developmental Coordination Disorder en inglés), no queda claro si el problema se debe a una incapacidad fundamental de coordinar las extremidades (sin indicios externos) o, en cambio, a una incapacidad de corresponder los indicios externos (el compás rítmico asignado) a las reacciones motoras, con efectos consecuentes en la coordinación de los miembros.

Como parece ser el caso con el desarrollo de la coordinación bimanual, los estudios muestran un período de mejoras significativas entre los 4 y los 10 años de edad en la coordinación de manos y pies (Cavallari, Cerri y Baldissera, 2001; Getchell, 2006; Getchell y Whitall, 2003). Sin embargo, como observación general, la coordinación de manos y pies se les hace más difícil a los niños pequeños que las acciones bimanuales (Cavallari et al., 2001; Swinnen y Carson, 2002). Por ejemplo, los niños pequeños encuentran que es más fácil batir las palmas que batir las palmas a la vez de caminar.

Ejemplos de actividades

Desafortunadamente, muy pocos instrumentos de evaluación identifican elementos de análisis específicos a la coordinación entre miembros. En las Tablas 1 y 2 se proveen ejemplos modificados de actividades comúnmente utilizadas, así como recién creadas de acuerdo con nuestra experiencia personal como profesionales. Los educadores tal vez deseen tener en cuenta que al evaluar el comportamiento, el enfoque es evaluar la cualidad rítmica de los movimientos (por ej., el cronometraje y la facilidad de las transiciones) y la capacidad de sincronizar los miembros. En otras palabras, los movimientos de los miembros fluyen naturalmente en un ciclo continuo. Un movimiento caracterizado por una falta de coordinación entre miembros no fluye; por ejemplo, un miembro realiza cierto movimiento y luego se para, y entonces el otro miembro realiza un movimiento.

Tabla 1
Posibles elementos del análisis del movimiento bimanual
Bimanual Enfoque del análisis

Batir las palmas al compás de un metrónomo (10 segundos).

¿Puede el niño seguir el ritmo del metrónomo?  No se analiza el estilo de batir las palmas.

Movimientos rítmicos de flexión y extensión de los dedos índice (10 segundos).

¿Puede el niño sincronizar el movimiento de ambos dedos?

Dibujar círculos simultáneamente con ambas manos (10 segundos).

La misma pregunta, y: ¿Las formas circulares son reconocibles?

Dar golpecitos recíprocamente con los dedos de ambas manos (10 segundos).

¿Puede el niño seguir dando golpes de acuerdo al ritmo?

Recibir una pelota con ambas manos (5 intentos).

¿Recibe el niño la pelota de manera fluida coordinando ambas manos para encerrarla?

Dar golpecitos con un dedo a la vez de trazar un círculo o cuadrado con la otra mano (30 segundos).

¿Puede el niño mantener el ritmo de los golpes y trazar el círculo de manera sincronizada?  Observe también la forma trazada.

Abrir y cerrar las manos alternadamente.

¿Puede el niño alternar los movimientos de manera sincronizada?

figureCon las palmas vueltas hacia fuera y los brazos extendidos, mover las manos hacia delante y hacia atrás simultáneamente (10 segundos). 

¿Se realizan los movimientos de las manos de manera sincronizada?

Rotar el pulgar y el dedo índice: tocar la punta del dedo índice derecho a la punta del pulgar izquierdo, luego rotar las manos para tocar la punta del dedo índice izquierdo a la punta del pulgar derecho (10 segundos). Se trata del movimiento del juego de dedos “Itsy Bitsy Spider”.

¿Puede el niño hacer una transición fluida entre un dedo y el otro?

 

Tabla 2
Posibles elementos del análisis de la coordinación de manos y pies
Manos y pies Enfoque del análisis
figureExtensiones y flexiones cíclicas de la mano y del pie homolateral mientras se está sentado (30 segundos).

¿Puede el niño sincronizar los movimientos?

figureExtensiones y flexiones cíclicas de la mano y del pie ipsilateral mientras se está sentado (30 segundos).

¿Puede el niño sincronizar los movimientos?

figureDar golpecitos con el dedo y el pie del mismo lado del cuerpo de manera sincronizada (30 segundos).

¿Sincroniza el niño los movimientos?

figureDar golpecitos alternando un dedo de un lado del cuerpo y el pie del otro lado (30 segundos).

¿Puede el niño mantener el ritmo al alternar los miembros?

figureMarchar a un compás rítmico a la vez de batir las palmas (20 segundos).

¿Puede el niño mantener el ritmo?

Alternar al dar golpecitos con el pie y dibujar círculos con ambas manos (30 segundos).
figure

¿Puede el niño mantener el ritmo?  ¿Se puede reconocer la forma que traza?

Dar brincos estacionarios sincronizando el brazo y la pierna del mismo lado: comenzar poniendo delante el brazo y la pierna favorecidos con el otro brazo y pierna extendidos hacia atrás, dar otro brinco estacionario invirtiendo las posiciones de los brazos y piernas (la acción se pone al revés hacia delante y detrás) (20 segundos). 
figure

¿Puede el niño mantener el ritmo de manera sincronizada?

Dar brincos estacionarios sincronizando el brazo y la pierna de lados opuestos: dar un brinco estacionario, comenzando con la pierna derecha y el brazo izquierdo hacia delante y la otra pierna y brazo extendidos hacia atrás (20 segundos). 
figure

¿Puede el niño mantener los movimientos sincronizados al compás del ritmo?

figureDar brincos y batir las palmas simultáneamente (20 segundos).

¿Puede el niño batir las palmas antes de que ambos pies toquen el piso?  ¿Son fluidas las transiciones entre las manos y los pies?

figureDar brincos en que se tocan los talones con las manos (20 segundos).

¿Puede el niño tocar los talones con las manos antes de volver a poner los pies en el piso?  ¿Puede dar brincos con ambos pies a la vez y coordinar los movimientos?

La mayoría de las habilidades de motricidad gruesa requieren cierto grado de coordinación entre miembros. Como se mencionó anteriormente, los movimientos que requieren la coordinación entre miembros se distinguen de los movimientos generales de motricidad gruesa en el grado de sincronía, la cualidad rítmica y el cronometraje de los movimientos.

Sugerencias para las prácticas con las clases

No existen credenciales concretas para realizar una evaluación profundizada de la coordinación entre miembros de niños. Todo profesional que esté consciente del significado de dicha coordinación puede hacer una evaluación general del rendimiento de niños durante actividades que incluyen la coordinación entre miembros; al observar a niños individuales durante su participación en actividades, se puede detectar a aquellos que parecen experimentar dificultades con la motricidad. Un maestro que nota en un niño problemas constantes y repetidos con la motricidad debe referirlo a una especialista.

Las siguientes actividades que incluyen la coordinación entre miembros se caracterizan por un grado relativamente alto de sincronización rítmica y cronometraje. Estas actividades son apropiadas para la inclusión en el programa general de movimiento de un programa para niños pequeños y también pueden utilizarse en las intervenciones para niños que manifiestan problemas de la coordinación.

Actividades de coordinación entre miembros (de motricidad gruesa)

Muchas de las siguientes actividades pueden realizarse al compás de música que tiene una variedad de ritmos.

Coordinación bimanual

  1. Dar golpecitos con los dedos, las manos o palos al compás de varios ritmos, o en sincronía
  2. Extender los brazos a la altura de los hombros y rotarlos en círculos
  3. “Boxeo con adversario imaginario”–rotar un brazo alrededor del otro con los codos doblados a un ángulo de 90 grados, en frente del pecho o encima de la cabeza
  4. Recoger monedas con cada mano y colocarlas en cajas
  5. Tocar el piano, teclado electrónico o instrumentos de percusión con ambas manos
  6. Hacer juegos con los dedos como “Itsy Bitsy Spider”, “Where is Thumbkin” o “Tiny Tim”; jugar con títeres, o jugar juegos de batir las palmas como “Miss Mary Mack”, “Double-Double” o “Say Say Oh Playmate”.

Coordinación de manos y pies

  1. Caminar y batir las palmas al compás de varios ritmos
  2. Dar brincos y batir las palmas al compás de un ritmo o en sincronía
  3. Caminar, dar brincos, correr o dar saltitos a la vez de hacer el “boxeo con adversario imaginario”
  4. Dar saltitos al compás de música con variadas combinaciones de movimientos de los pies a la vez de batir las palmas
  5. Hacer saltos estacionarios de tijeras (salto de títeres o jumping jacks); note la coordinación de los brazos y las piernas
  6. Imitar animales que caminan de lado, como el “paso del cangrejo”. (Los niños mayores pueden intentar deslizarse hacia un lado a la vez de tirar y agarrar una pelota.)
  7. Saltar al compás de música con un ritmo acentuado, poniendo alternadamente el pie derecho e izquierdo delante y balanceando ambos brazos
  8. Realizar movimientos locomotores sincronizados con varios ritmos. (Varios juegos de niños incluyen la coordinación entre miembros ya que usan tales movimientos como galopar o dar saltitos, como por ejemplo, jugar al tejo [hopscotch en inglés], “Sharks and Minnows” y “Colores”.)

Los maestros que trabajan con niños pequeños encontrarán que muchas actividades y juegos pueden modificarse para incorporar tareas adicionales de coordinación entre miembros. Por ejemplo, si un juego incluye correr, el profesional puede sugerir que los niños intenten deslizarse de lado en vez de correr.

Conclusión

En resumen, hemos hallado que aunque los educadores de niños pequeños estén familiarizados con las habilidades de motricidad gruesa, la sub-categoría de la coordinación entre miembros también necesita una mayor atención de la que suele recibir entre los maestros de niños pequeños. Las actividades motoras de esta categoría son muy rítmicas y requieren mucha sincronía entre las manos y los pies. La investigación sugiere que la coordinación entre miembros está vinculada a muchas habilidades, desde las requeridas para la vida diaria hasta comportamientos complejos de movimiento y el rendimiento académico. Ciertos niños tienen problemas con la coordinación entre miembros; las actividades descritas en la presente pueden ayudar a especialistas en la primera infancia a identificar a niños que tienen problemas de coordinación así como diseñar un programa de movimiento que trate el desarrollo de la coordinación entre miembros de motricidad gruesa para todos los niños. En realidad, creemos que un programa cabal y regularmente implementado de movimiento puede ser instrumental para prevenir problemas de la coordinación entre miembros. Para hallar más información sobre intervenciones basadas en actividades, los educadores y profesionales de intervención pueden referirse al tomo de Bricker (2002) sobre el sistema AEPS (siglas en inglés de Sistema de Análisis, Evaluación y Programación) para bebés y niños.

Sugerimos fuertemente que todos los maestros de niños pequeños incorporen a sus programas cabales de movimiento actividades que enfaticen la coordinación entre miembros junto con las demás categorías de habilidad motora y la buena forma física en general.

Referencias

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Información de los autores

Carl Gabbard es profesor y director de Estudios del Desarrollo Motor en la Universidad A&M de Texas y miembro de número de la Academia Estadounidense de Quinesiología y Educación Física. También es el autor de Lifelong Motor Development (Desarrollo motor de toda la vida; 5ª ed., Benjamin Cummings, 2008).

Carl Gabbard, Ed.D.
Texas A&M University
Department of Health and Kinesiology
TAMU 4243
College Station, TX 77843-4243
Teléfono: 979-845-1277
E-mail: c-gabbard@tamu.edu
Internet: http://motordevelopment.tamu.edu/

Tatiana Bobbio es terapeuta física pediátrica en São Paulo (Brasil). También estudia para el doctorado en el Departamento de Salud Infantil y Adolescente en la Universidad Estatal de Campinas (Brasil).

Priscila Caçola es estudiante doctoral en el Programa de Neurociencia Motora y ayudante de investigación afiliada al Laboratorio de Desarrollo Motor en la Universidad A&M de Texas.